«Jerusalén. Historia de un nacimiento» es fruto de largas horas de trabajo llevando a cabo el proyecto que nos había confiado el Ayuntamiento de Manzanares el Real para la realización del belén viviente en el año 2014.
El primer paso que dimos fue documentarnos histórica y bíblicamente para disponer de información apropiada de cada uno de los personajes para así poder situarles en el eje cronológico e histórico del tiempo en el que vivieron.
Fue en el momento de escribir el guión, cuando nos abordó la idea de dar vida a todos y cada uno de los personajes, dotándoles de sus propias palabras, queríamos que fueran ellos en primera persona los que nos contasen su historia.
Era una tarea compleja y no exenta de riesgos, ya que nos apartábamos de lo convencional, pero sabíamos que el resultado sería además de novedoso e impactante, emotivo y humano.
Así que nos pusimos manos la obra. Escribimos y reescribimos el guión hasta que logramos tener lo que buscábamos: un texto con la precisión justa, donde cada línea, cada frase, cada palabra tenía su razón de ser.
Después procedimos al montaje musical, edición, doblaje de voces, para continuar con la ubicación de las escenas en el espacio propio del Castillo de los Mendoza, ensayos, dirección de actores, pruebas de vestuario, diseño y confección de trajes, búsqueda de atrezzo y escenografía, luz, sonido, planificación de escenarios y montaje de carpas. Nazareth, Belén, el mercado…. La idea de recrear la ciudad de Jerusalén iba cobrando forma.
Llegó el día del estreno, muy esperado por todos, pruebas de vestuario de última hora, carreras, montaje de atrezzo de puestos, prueba de sonido,ensayo general … ¡muchos nervios!
Comenzó a sonar la música de la primera escena. Las luces se atenuaron, el pulso se aceleró, el silencio se quebró con las primeras palabras de Sarah y…..comenzó la función.
Alivio en las miradas, alerta entre los actores, expectación entre el público. Queríamos darlo todo. Debíamos darlo todo. Y como si de un encantamiento mágico se tratara, todo empezó a fluir suave y cadenciosamente tal y como se había previsto. La música, las luces, los actores, todos y cada uno a su tiempo. Sin prisa pero sin pausa.
Entraron los romanos con su música potente y poderosa. Les recibe Herodes con su mezcla de recelo y desprecio…María en su apacible Nazareth busca agua, ajena a lo que el destino la depara. Emprende un viaje del que nunca volverá a ser la misma…La sinagoga nos traslada a la espiritualidad de la ceremonia del incienso. Los pastores nos devuelven a la vida con su fuego, su ganado, sus manos para trabajar…. La presencia del Ángel nos envuelve, nos magnetiza, nos saca de este mundo….El viaje fatigoso de María… la desesperación de José por encontrar un lugar digno para su esposa de parto… la piedad de una posadera…. El brillo de una estrella queda capturado en los ojos de unos niños. ¿Se podía hacer? Pues claro… los Reyes Magos la encontraron. Y con ella, a su hijo, Jesús de Nazareth.
Las luces nos cegaban y solo el aplauso final del público nos dijo que no estábamos solos. Saludos, emoción contenida, la alegría desbordándose.
Para nosotras esta experiencia significó un punto de inflexión en nuestra carrera artística, pues nunca antes nos habíamos enfrentado a un proyecto de esta magnitud.
Fue un gran reto con un balance muy positivo en todos los aspectos. No hubiera sido posible sin la confianza que se depositó en nosotras primero desde el Ayuntamiento de Manzanares el Real y después desde el Servicio de Dinamización de Recursos Turístico-culturales de la Dirección General de Turismo de la Comunidad de Madrid, así como todas y cada una de las personas que voluntariamente formaron parte de este magnífico proyecto.
Estaremos siempre agradecidas a todos por el cariño, el esfuerzo, la entrega, la paciencia, la generosidad, la voluntad y el empeño que pusieron para que esta representación fuera posible.
El proyecto crece en calidad cada año, hemos enriquecido la puesta en escena, teatralizando a los figurantes que reciben al público. Contamos con mendigos, adivinadora, ladrones, ciegos, e incluso un mercado de esclavos por el que tan famosa era en la antigüedad la ciudad de Jerusalén, todo a punto para que las más de 2000 personas que se acercan a disfrutar de nuestro belén cada año, lo hagan cómodamente sentados en gradas, tomando un caldito caliente.
«Jerusalén, historia de un nacimeinto» consigue cada año en Manzanares el Real atraer a más de 200 personas, que voluntariamente aportan trabajo, energía, e ilusión. Familias completas abuelos, padres e hijos y personas curiosamente de todas las edades son movidas por un interés lúdico, cultural y de encuentro con sus vecinos en donde se palpa el orgullo por pertenecer a un bonito proyecto, diferente, único y en su mismo pueblo.
“Nuestro deseo es que este proyecto pueda crecer cada año un poco más: en días de representación, en calidad, en número de visitantes, en prestigio, para poder seguir realizando este sueño cada año.”
Cristina y Laura
Aquí podéis ver un resumen del primer belén viviente en el 2014.